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Comenzamos el segundo día de estancia en Londres con un buen desayuno en la Fleet River Bakery (un local con tres habitaciones muy acogedoras, en diferentes niveles), donde se puede tomar desde una macedonia de frutas con yogur hasta el típico desayuno inglés (y todo casero).
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A pocos metros del café estaba nuestra primera parada cultural del día: el increíble Museo de Sir John Soane. La casa-museo del famoso arquitecto es un laberinto de objetos de arte y arquitectura que le dejan a uno con la boca abierta (una de mis escasas compras fue un libro espléndidamente editado sobre el museo).
Más tarde, fuimos dando un paseo hasta Lambs Conduit St. (calle que descubrí por la revista Monocle), una preciosa calle peatonal llena de preciosas tiendas de todo tipo: restaurantes, peluquerías, fruterías, tiendas de bicicletas, etc. Entre todas esas tiendas está Persephone Books, una librería que edita exquisitamente los libros que vende, donde nos detuvimos para comprarle un regalo a Anay.
Tiendas en Lambs Conduit Street
Lo siguiente en el recorrido del viernes fue el British Museum, que merecería la pena aunque sólo fuera por la cubierta de Foster. Pero es que, además, tiene una colección de saqueo pirata impresionante: la esculturas del Partenón, la Piedra Rosetta y otras maravillas egipcias, etc., etc. Como curiosidad, había mucha gente copiando en sus cuadernos de dibujo las esculturas del museo, y un chico tenía un cartel que ponía (en inglés): «Por favor, no me hagan fotos».
Edificios en Bloomsbury Square y en 1 Kemble Street
Salimos del British y nos dirigimos a la Somerset House (por el camino pasamos por Museum St., donde hay un patio con tiendas de lo más apetecibles (de fotografía, librerías, etc.), Bloomsbury Square y Kingsway –Fernando me descubrió un edificio muy interesante (de R. Steifert & Partners) en 1 Kemble St.– hasta llegar a Strand), para ver la Courtauld Gallery, donde uno se sorprende de la cantidad de obras espléndidas que alberga (especialmente la colección de pinturas impresionistas de Manet, Cézanne, Gauguin, etc.).
Comimos en un McDonalds en Fleet St. (compensamos con un buen café y chocolate belga en Manon Café, en el 110 de la misma calle) y nos dirigimos después a Magma Books, en Clerkenwell Road (libros de arte, fotografía, diseño y cómics) y a Pure Groove (un café con tienda discos, donde hay actuaciones en directo, que está en West Smithfield).
Magma Books y Pure Groove
Para la tarde quedaban la catedral de St. Paul, el Millenium Bridge de Foster y la Tate Modern (desde mi punto de vista, uno de los pocos museos de arte moderno que es brillante tanto en continente como en contenido).
En la Tate Modern había una exposición de arte Pop (Pop Life), pero yo ya había visto dos muy similares en contenido (una de ellas, Pop Art, la vi en 1992 en la Royal Academy of Arts), así que nos dedicamos a ver la exposición permanente (Picasso, Giacometti, Pollock, etc.) y a disfrutar del fantástico edificio (la instalación de la sala de turbinas no me gustó nada, pero quizá fue el recuerdo de la fantástica instalación de Olafur Eliason de 2003 (The Weather Project) el que hizo que la actual me pareciera tan mala).
Exterior e interior (sala de turbinas) de la Tate Modern
Terminadas las visitas culturales, finalizamos el viernes con un paseo por Carnaby Street (tiendas de zapatillas, MUJI, Liberty, Supersuperficial –una tienda de camisetas–, etc.) y las calles cercanas del Soho, y con una fantástica cena en Ping Pong, un asiático de moda (siempre hay cola) especializado en Din Sum (el Char Sui Bun está simplemente espectacular).
Continuará…
Wodehouse dijo:
Verde de envidia, como cualquier anglófila, que digo, Lodonófila además!
Muy bien aprovechadito el viaje, muy bien. Fernando posa muy bien, como si nada…muy bien, muy bien todo.
Adolfo dijo:
¡Si Fernando no posa! 😀
Y aún faltan dos entradas 🙂
Fernando dijo:
Que buenas estaban las pelotas del Ping Pong!!
Vaya postura más rara que tengo en esa foto.
Me gusta mucho la foto de La catedral de San Pablo vista desde el Millenium Bridge, me recuerda a la cortinilla de las series británicas de los ochenta.
Adolfo dijo:
Jajajaja, te recuerda a la cortinilla de «THAMES», ¡es verdad! 🙂
Wodehouse dijo:
Pues yo daría el meñique de la zurda por el libro de Sir John Soane. Que suerte con el tiempo, mejor que en Madrid! Que bonitas las dos entradas, enhorabuena.
jamm dijo:
Pues a mi me gustaban Los Roper, jejeje
Adolfo dijo:
El meñique de la izquierda en formol en un bote podría quedar guay en el salón 😀
Jamm, ¿te gustaba la serie o te atraían ellos? 😀
jamm dijo:
Jeje, graciosillo, que f….. menos que los Roper!
jamm dijo:
Fotografías menos que los Roper
Adolfo dijo:
Ya imaginaba que te referías a eso. Mi cámara, además, tiene un sistema para sacarte el polvo 😛
jamm dijo:
Pues sacudela de vez en cuando. 😉
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