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Acaba otro año y, como siempre, paso estos días de Navidad con mi familia en La Coruña. Me vuelvo a encontrar con la gente con la que crecí (Flora e Inocencio en el kiosko, Joaquín en el bar Bob Dylan, Javier –que durante tantos años me aconsejó musicalmente en la tienda de discos Portobello–, los amigos, los familiares y amigos de mis padres, y no puedo evitar echar la vista atrás. No sé si cualquier tiempo pasado fue mejor, pero me gusta recordar todo lo bueno de aquellos años a la vez que reconozco que hoy soy feliz con lo que tengo, con la gente que me rodea, con lo que hago.

Ayer fui un momento a un pequeño apartamento que tienen mis padre al lado de su casa y estuve mirando mi colección de discos, casi todos comprados cuando tenía entre 20 y 30 años (los discos más actuales los tengo en Madrid). Se me ocurrió escoger una veintena de discos de esa época, que no fueran de cantantes o grupos especialmente de moda o que se hayan convertido en grandes estrellas (he evitado a Bowie, a Neil Young, a REM, a Elvis Costello, etc., aunque hay alguna excepción). He seleccionado 21 canciones de esos discos, que os dejo en esta entrada. Todas me gustaron especialmente en su momento y las escuché muchísimo (en aquella época se disfrutaba mucho más de la música; un disco lo ponías todo el año y no sólo la semana que lo bajas de Internet, como sucede ahora). Habrá algún tema al que se le note especialmente el paso del tiempo y seguro que alguno ya era flojillo o ñoño en aquel momento, pero eran las canciones que me gustaban entonces y que fueron marcando mis gustos musicales (aparte de las que he colgado en la multitud de recopilaciones que he dejado en el blog).

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Pinchando en la imagen os podéis descargar las canciones y la carátula de la recopilación (no están en ningún orden predefinido) y a continuación os hago un breve comentario de cada una de ellas:

En 1992, Concrete Blonde hacía una buenísima versión de The Ship Song (Nick Cave), en la que a la voz de Johnette Napolitano se unía la de Steve Wynn. Una de mis canciones favoritas de siempre y una de las versiones que más me gustan.

Matthew Sweet fue una de las figuras de los 90. Unía a su veneración por los Beatles, los Byrds y los Beach Boys, cierto toque setentero con inspiración en Neil Young y Big Star. Girlfriend es una de sus grandes canciones y su mejor álbum.

Para mí, Tindersticks eran (y son) capaces de lo mejor y de lo peor (me pasa lo mismo con Lambchop). Una de las canciones que escuchaba sin parar hace unos diez años era Can We Start Again.

Nunca me hizo mucha gracia Lone Justice, pero su cantante, Maria McKee, fue una de mis debilidades en los 90. Su disco en solitario You Gotta Sin To Get Saved lo escuché cientos de veces. Lo producía George Drakoulias, que por aquellos años convertía en oro todo lo que tocaba. Incluía dos versiones de Van Morrison preciosas, pero esta vez he escogido la canción que daba título al álbum.

Rickie Lee Jones era y es una de las más grandes. En 1993 publicaba Traffic From Paradise, un trabajo exquisito en el que colaboraban gente de la talla de David Hidalgo, Leo Kottke, Brian Setzer, Dean Parks, Jim Keltner, Lyle Lovett o Alex Acuña. Aparte de la mejor versión de un tema de Bowie que se ha hecho nunca (Rebel, Rebel), incluía joyas como Running From Mercy.

Otra chica a la que escuchaba mucho en los 90 (pero que acabó por cansarme pronto) era Shawn Colvin. Cover Girl (1994) era, obviamente, un álbum de versiones. Casi todas eran muy buenas, especialmente Every Little Thing (He) Does Is Magic. Para esta selección he elegido (Looking For) The Heart Of Saturday Night, el tema de Tom Waits.

Gene Loves Jezebel era una banda de rock gótico que descubrí por casualidad el primer año que empecé a bajarme música de Internet. Era un grupo difícil de seguir, porque los hermanos Aston se separaron y siguieron sacando discos en solitario, pero utilizando los dos el nombre del grupo. Una de las canciones que me traen mejores recuerdos es Who Wants To Go To Heaven?

Eddie Hinton era un blanco con alma negra. Tocaba la guitarra en Muscle Shoals (una de las mejores secciones rítmicas de la historia del soul), componía (suya es, por ejemplo, Breakfast In Bed) y cuando cantaba, era difícil saber si lo hacía un blanco o un negro. Murió de un ataque al corazón a los 51 años, y dejó maravillas como Sad Song.

Julian Cope era un monstruo del post-punk que triunfó en los 80 con su banda Teardrop Explodes. De sus discos en solitario, recuerdo que no paraba de escuchar una canción de 1987 titulada Trampolene.

Jeff Healey era un guitarrista canadiense que se quedó ciego por un cáncer de retina con tan solo un año de vida y que falleció a los 41 por otro cáncer, esta vez de pulmón. Durante el tiempo que pudo dedicarse a la música, con su particular manera de tocar la guitarra sentado y poniéndola en las rodillas a modo de teclado, nos dejó algunas excelentes canciones como Angel Eyes (1988), que se la compuso el gran John Hiatt.

They Might Be Giants es una banda de rock alternativo que se formó en Brooklyn en 1982 y sonaba diferente a todo lo demás. Quizá uno de sus mejores álbumes es Flood y uno de mis temas favoritos es We Want A Rock.

En 1991, no sé por qué razón, me compré un disco de un grupo belga llamado Won Ton Ton. Tenía una canción muy bonita que se llamaba I Lie And I Cheat y una fantástica versión de Walking On A Wire (de Richard y Linda Thompson). Después de pensarlo un rato, he decidido incluir la versión.

En 1990 apareció un disco de un grupo llamado Hindu Love Gods. Estaba formado por Warren Zevon, Bill Berry, Peter Buck y Mike Mills y hacían versiones de blues clásico y alguna joya más actual como la mejor versión que he escuchado nunca de un tema de Prince: Raspberry Beret.

Uno de los discos que más escuché en 1986 (lo tengo en vinilo y en CD) fue el Back In The High Life del gran Steve Winwood. Higher Love fue uno de sus grandes éxitos, pero en esta ocasión os dejo Back In The High Life Again.

¡Qué grande era Warren Zevon! En 1991 publicaba Mr. Bad Example, que incluía canciones excelentes como la que daba título al álbum, Heartache Spoken Here, Searching For A Heart o la que os dejo aquí: Things To Do In Denver When You’re Dead.

Graham Parker es otro de los grandes. A principios de los 90 encadenó dos trabajos excelentes: Struck By Lightning y Burning Questions. Del segundo, os dejo Just Like Joe Meek’s Blues, una canción que me recuerda mucho a otro de mis dioses musicales, el gran Nick Lowe.

Allá por 1995, Gene era una de mis bandas (británicas) favoritas. Del disco Olympian, recuerdo especialmente una canción preciosa titulad London, Can You Wait?

A Diesel Park West los descubrí en 1991. La banda se había formado en 1980 en UK, pero hasta entonces no había escuchado nada de ellos. De Decency, el disco que sacaron en 1991, sólo recuerdo Fall To Love, pero también es verdad que fue una de las canciones que más escuché ese año.

Spain, el grupo de Josh Haden (hijo del gran Charlie Haden), publicó en 1995 una joya llamada The Blue Moods Of Spain. Los trabajos que publicaron los siguientes años no alcanzaron el nivel de este disco, del que os dejo Untitled #1.

Otro grande es Steve Earle. Yo lo descubrí en 1990 con su disco The Hard Way. Después de tantos años, sigue haciendo discos excelentes. Del álbum de 1990 os dejo The Other Kind.

Un grupo que sólo triunfa en América del Norte es Dave Matthews Band. Yo fui fan de su música, pero acabé cansándome de escuchar siempre lo mismo (y de que sacaran más discos en vivo que álbumes de estudio). En 1994 publicaban uno de sus mejores trabajos, Under The Table And Dreaming. De aquel disco es Satellite.

Espero que disfrutéis de estas canciones como yo lo hice hace… ¡hace ya tantos años! 🙂