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Ana Caleya, Calderón de la Barca, Chete Lera, Compañía Nacional de Teatro Clásico, Compañía Siglo de Oro, Fernando Cayo, Juan Carlos Pérez de la Fuente, La Vida Es Sueño, Pedro Manuel Víllora, Teatro
Como ya he comentado anteriormente, el pasado miércoles fui al ensayo general de La Vida Es Sueño, invitado por Pedro Manuel Víllora. Esta versión de la obra de Calderón de la Barca, representada por la Compañía Siglo de Oro de la Comunidad de Madrid, que se estrenó anteayer en el Teatro Albéniz, está dirigida por Juan Carlos Pérez de la Fuente. El texto de Calderón está adaptado, brillantemente, por Pedro Manuel Víllora.
Víllora (Premio Nacional de Teatro Calderón de la Barca, Premio Sial de Poesía, Premio de Teatro Rojas Zorrilla), que es vicedirector de la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD), ha conseguido modernizar la obra sin tergiversarla, manteniendo el espíritu (y el texto) de Calderón al 100%.
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Son casi dos horas (las dos versiones que vi anteriormente duraban cerca de las 3 horas –una de 1996 con Pedro Mari Sánchez y versión de José Sanchís Sinisterra que estaba bastante bien, y otra de 2000, perfectamente olvidabe, con dirección, versión y escenografía de Calixto Bieito–) de entretenimiento, emoción, de buen teatro.
Hay algún elemento como el anacronismo de los soldados vestidos de antidisturbios que, para mí, no aporta nada y chirría un poco –distrae de la obra– o la escena «gay» de los criados, que plásticamente está muy bien, pero que tampoco me convenció en el conjunto de la obra. Por lo demás, la dirección de actores es muy buena y me sorprendió muy positivamente la coreografía (de Chevi Muraday). Plásticamente, la puesta en escena es brillante (la escenografía me recordó a la de Miguel Narros en El Caballero de Olmedo –quizá porque también los actores movían los elementos para cambiar el espacio escénico–).
Fernando Cayo (Segismundo), al que ya vi anteriormente con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, hace un esfuerzo descomunal para desarrollar su personaje y, aunque quizá esté un pelín sobreactuado, merece con creces el aplauso que recibió del público. Chete Lera (Rey Basilio) está también muy bien en su papel, al igual que el resto de actores. Pero quiero destacar especialmente a Ana Caleya, que hace una Rosaura fantástica (del RESAD han salido muy buenos actores). También quiero comentar que los actores declaman muy bien el verso de Calderón (que no es nada fácil).
Después de todo lo anterior, sólo me queda decir algo obvio: id a ver la obra al Albéniz (está sólo hasta el 21 de diciembre) y disfrutad del teatro.